Os recordamos que el día 30 de junio finaliza el plazo de envío de originales para participar en la II Edición del Premio Julia Donald, promovido por la Fundación C.Lisón-J. Donald como homenaje a su cofundadora. En la página web de la Fundación están disponibles las bases del Premio.
¡Animaos!
Amigos de la Fundación C. Lisón - J. Donald
La de los Amigos de la Fundación C.Lisón-J.Donald es una iniciativa que nace con el afán de ofrecer a todos aquellos que comparten la inquietud por el conocimiento en general y el conocimiento antropológico en particular, la posibilidad de tener un punto de encuentro e intercambio bajo el auspicio de la Fundación Centro Humanístico C. Lisón-J. Donald, sita en La Puebla de Alfindén (Zaragoza).
miércoles, 3 de junio de 2015
martes, 24 de marzo de 2015
CARTA DE AGRADECIMIENTO DE CARMELO LISÓN
A LOS
AMIGOS DE LA FUNDACIÓN C.LISON-J.DONALD
Quiero agradecer por estas líneas la muy amable
colaboración en las Jornadas de los Amigos de la Fundación, grupo esencial e
insustituible para que su resultado final haya sido excelente. Tengo claro que
su actuación, continua y atenta, es tan necesaria como la de los ponentes pues
estos necesitan un soporte personal constante en cuanto a preparación de
detalles, medios y descanso que hacen las Jornadas tan acogedoras y
agradables. A ellos se lo debemos.
Gracias mil.
Carmelo
lunes, 12 de enero de 2015
Patatas asadas en todos los rincones de La Puebla
Repartidas por las calles, las hogueras
iluminaban la Puebla. Los vecinos salían a las calles dispuestos a pasar la
noche alrededor del fuego. Longanizas, chorizos, morcillas… “cada uno
sacábamos de casa lo que había, y te ponías… bueno. ¡Oye! Las patatas asadas,
lo último que haríamos”. 17 de enero: San Antón. “¡Y luego por la
mañana, a limpiar la ceniza!”.
Hoy, tenemos un pueblo más grande, con una
hoguera más grande, a cargo del Ayuntamiento. A la explanada de los Almacenes
del Trigo acuden los alfindeños con esas
mismas ganas de encontrarse. Como antaño, sigue siendo una buena oportunidad
para tomar una patata asada en compañía de tus vecinos alrededor del fuego.
Y no olvidemos que el pueblo se sigue
iluminando. En la parte baja del pueblo, la que da a parar al camino de La
Alfranca, los más jóvenes (y algunos no tan jóvenes) han tomado el relevo. Tras
pasar la semana (o varias semanas) recogiendo leña, se juntan con sus amigos,
encienden su propia hoguera y continúan así, a su manera, con el rito de San
Antón.
· ¿Celebras o has celebrado alguna vez San Antón? ¿Cómo?
· ¿Conoces la historia alrededor del Santo? ¿Por qué se celebran las hogueras?
· ¿Cuál es el alimento más típico en las hogueras de San Antón?
· ¿Celebras o has celebrado alguna vez San Antón? ¿Cómo?
· ¿Conoces la historia alrededor del Santo? ¿Por qué se celebran las hogueras?
· ¿Cuál es el alimento más típico en las hogueras de San Antón?
Déjanos tus comentarios sobre las
hogueras de San Antón: experiencias, historias, fotografías… O escríbenos a:
amigosdelafundacionld@gmail.com Asunto: “Patatas asadas por todos los rincones
de La Puebla”.
lunes, 15 de diciembre de 2014
Sobre la Antropología y su objeto. Tradiciones en La Puebla de Alfindén: el Belén Viviente.
SOBRE LA ANTROPOLOGÍA Y SU OBJETO.
Bronislaw
Malinowski dijo en alguna ocasión que “la
Antropología es el estudio del hombre que abraza a una mujer”. Esta
definición no nos aclara mucho sobre el objeto de la Antropología, por lo que,
yendo un poco más allá, encontramos que nos la presentan como una Ciencia que
estudia al hombre en el pasado y en el presente de cualquier cultura. Luego,
aparece una definición algo más formal, por la que sabemos que Antropología es
la Ciencia que estudia los aspectos físicos y las manifestaciones sociales y
culturales de las comunidades humanas…y así un sinfín de definiciones más o
menos elaboradas.
Podemos decir que la Antropología estudia
las sociedades humanas como construcciones culturales en sus diversos niveles
de evolución, organización, desarrollo y cambio. El estudio de patrones de
comportamiento cultural, creencias, valores, costumbres, tradiciones y
concepciones que preceden y orientan las acciones humanas, es uno de sus fines
últimos.
TRADICIONES EN LA PUEBLA DE
ALFINDÉN: EL BELÉN VIVIENTE.
En este
contexto, quiero hacer un inciso en el estudio de las tradiciones. La
tradición, la traditio latina, es “lo
que viene trasmitido del pasado”. Es el conjunto de bienes culturales que se
transmite de generación en generación dentro de una comunidad. Se trata de
aquellas costumbres y manifestaciones que cada sociedad considera valiosas, que
selecciona como valiosas entre y frente a otras muchas (que serán descartadas)
y que mantiene para que sean aprendidas por las siguientes generaciones como
parte imprescindible e irrefutable de su legado cultural.
El concepto de tradición es un
concepto complejo y polisémico. Es una construcción social cuyo significado
cambia dependiendo de la época, el tiempo histórico, de quienes lo manejen y según
para qué fines lo utilicen .Todas las sociedades tienen tradiciones y lo
tradicional aparece en todos los grupos humanos, tanto étnicos, como sociales, económicos,
políticos, religiosos, etc. Forma parte de la identidad y además, tiene que
cumplir una premisa: ser capaz de renovarse y actualizarse para mantener su
valor y utilidad.
Esto quiere decir que una tradición
puede adquirir nuevas expresiones sin perder su esencia. Podríamos concluir que
si la tradición es una especie de “herencia colectiva”, el legado del pasado,
lo es también debido a su renovación en el presente. Se modifica al ritmo de la
sociedad, ya que representa la continuidad cultural. Lo que del pasado queda en
el presente, eso es la tradición.
Tradición e innovación son, por
tanto, categorías que están imbricadas de forma precisa. Cualquier cambio se
produce sobre una trama de continuidad y cualquier permanencia incorpora
variaciones a dicha trama. Continuar sin renovar se trasforma en repetición,
mientras que innovar sin el basamento del pasado, de la experiencia vivencial,
supondría vivir en los límites de la irrealidad. La tradición se nos presenta,
por tanto, como un proceso inconcluso de creación-recreación,
continuidad-discontinuidad, en definitiva, como un sistema en constante
renovación.
Cada comunidad, grupo
humano, social, por otra parte, construye y recrea su tradición en función de
diferentes experiencias vivenciales. Vamos a tomar como ejemplo el Belén Viviente
que se organiza en La Puebla de Alfindén. Su origen histórico se remonta a un
momento olvidado, sin ser su celebración constante entre los actos navideños.
Sin embargo, desde hace algunos años esta “tradición” se ha recuperado, no
dejando de celebrarse. Con la colaboración de los alfindeños, sabiendo cada uno
cuál es su papel, ha salido adelante, llueva o haga sol, frente a cualquier
adversidad que haya podido presentársele.
Decíamos que las tradiciones están
íntimamente ligadas con el pasado, con la transmisión inter-generacional de
padres a hijos. En esta línea debemos recordar que hace no tanto tiempo el
Belén Viviente era, en realidad, un Belén infantil. Cada niño de nuestro pueblo
se veía (casi) obligado a salir, por voluntad de sus padres, quienes le inscribían
y le preparaban el traje. Por tanto, ya desde pequeños, los alfindeños se veían
involucrados en esta representación navideña.
No obstante, fue sustituido por el
Belén Viviente de adultos, esto es, se renovó. Ante la escasez de niños que
quisieran salir, un grupo de alfindeños decidió convertirlo en un Belén adulto
para que no se perdiera: aquellos padres cuyos hijos ya eran demasiado mayores
para salir; aquellos niños que, tras haber salido en el Belén infantil, habían
crecido; o incluso aquellos niños que efectivamente se habían apuntado al Belén
pero que no podían hacerlo por sí solos. De tal forma, aquellos que lo habían
vivido se negaron a perder un acto que para ellos significaba algo, que era una
tradición de su pueblo.
Por otro lado, desde el principio
del Belén cada uno tenía su función y cada cosa tenía su lugar. En aquella
explanada de los almacenes del trigo se colocaba el Portal, el Castillo, el
río, el pozo, las hogueras… Para cada edad había un papel: los mayores (7-9
años) daban vida a San José, a María, a los Reyes Magos…; los medianos (5-7
años), predominantes, se vestían de pastores, lavanderas, aguadoras…; mientras
que los más pequeños (2-4 años) conformaban los rebaños de ovejas. A lo largo
del día se recreaba esta escena para que, durante media hora, los “zagales” de
La Puebla pudieran vivir y aprender la historia de José y María en el Portal de
Belén, viviéndola de primera mano. ¡Y ser recompensados después con un
chocolate caliente con bizcochos!
Con el cambio al Belén adulto, ha
habido modificaciones, pero no se ha alterado la esencia del acto. La ubicación
ha pasado a situarse en el Parque pero la infraestructura (el portal, el
castillo, las hogueras…) es la misma. Los niños ya no son los protagonistas, pero
todavía podemos ver algún infante vestido de cordero, cumpliendo sus papeles
más clásicos. Aunque no se da chocolate caliente con bizcochos, la oferta se ha
diversificado: los participantes pasan ahora la tarde del Belén entre migas,
moscatel, rosquillas o vino, entre otros productos. Hemos pasado de un Belén predominantemente
de imágenes campestres a un Belén dónde lo que se representa es un poblado.
Pero siempre con el mismo trasfondo: las ganas de compartir un momento navideño con
nuestros convecinos.
- ¿Participas o has participado en el Belén Viviente de La Puebla? ¿Desde cuándo formas parte? ¿Cuál era o es tu papel? ¿Ha sido el mismo siempre o lo has cambiado?
- ¿Crees que el Belén Viviente es algo representativo de la Puebla?
- ¿Podrías imaginarte unas Navidades sin que se celebre el Belén Viviente?
- ¿Recuerdas cual fue el primer Belén Viviente que se organizó en La Puebla?
- ¿Qué es lo que no puede faltar en el Belén Viviente?
Déjanos tus comentarios sobre el
Belén Viviente: tu experiencia, lo que significa para ti, tus fotografías… O
escríbenos a: amigosdelafundacionld@gmail.com
Asunto: “Tradiciones en La Puebla de Alfindén: el Belén Viviente”.
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